Con la presentación del Service Pack 1 para Windows XP, Microsoft
pretendía que únicamente los usuarios de copias legales del sistema
operativo pudieran instalarlo. El resultado ha sido un autentico fiasco.
Cuando se procede a la instalación del Service Pack para Windows XP el
programa de instalación realiza una verificación para determinar si el
sistema operativo es una copia legítima o por el contrario se trata de
una versión pirata. Para ello, se comprueba el número de serie del
sistema cotejándolo con una lista negra. Si el número de serie figura
dentro de esta lista, no puede realizarse la instalación.
Por otra parte, según determinadas fuentes y de acuerdo con los nuevos
parámetros incluidos en la licencia final de usuario de los sistemas
operativos de Microsoft, parece que a partir de ahora cada vez que un
usuario visite el servicio «Windows Update» se procederá a comprobar si
su sistema operativo es una versión legítima. Tan pronto como se detecte
una versión pirata, Microsoft bloqueará el acceso al servicio automático
de actualizaciones.
No obstante, y antes de incluso de la disponibilidad oficial del Service
Pack, se publicaron en diferentes sedes web métodos que explicaban como
saltarse esta protección de forma que los usuarios de versiones no
legales de Windows XP también pudieran realizar la instalación del
Service Pack. Se han llegado incluso a publicar herramientas que
facilitan la realización de los cambios necesarios para permitir la
instalación del Service Pack en esas versiones piratas.
Todo esto me hace plantear una serie de preguntas. ¿Hasta que punto son
efectivas las diferentes medidas tomadas para evitar la utilización de
software pirata? No es la primera vez, ni ciertamente será la última,
que los diversos sistemas anticopia son sorteados con mayor o menor
dificultad. Recordemos, por ejemplo, el método de protección que impedía
la copia de CD de música y que podía ser eliminado con un simple
rotulador negro.
¿Todas estas medidas no acaban siendo un engorro que, lejos de impedir
la existencia de copias piratas, se convierten en molestias y
dificultades para los usuarios legítimos de Windows?
Recordemos que la iniciativa TCPA prevé la utilización de este tipo de
protecciones para mejorar la seguridad de los productos e impedir su
distribución ilegal. Pero como cada vez vamos comprobando, los
principales perjudicados por este tipo de iniciativas acaban siendo los
usuarios legales de los productos, para quiénes cada vez es más difícil
la instalación y actualización de sus equipos.
Y no olvidemos que detrás de todos estos sistemas de protección hay un
gran número de horas de desarrollo y diseño por parte de los
fabricantes. Horas que influyen en el precio final pagado por los
usuarios legales de los productos.
Posiblemente estas horas serían mucho mejor invertidas si se empleasen
en mejorar la calidad final de los productos publicados y no en aplicar
unas medidas que, incluso antes de entrar en vigor, se demuestran que
son totalmente ineficaces.
xavi@hispasec.com
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