TheFlame es la nueva pieza de software descubierta y propuesta como modelo de ciberarma. Tal como ocurrió con Stuxnet y Duqu, TheFlame resulta muy interesante por su sofisticación técnica, a la vez que alimenta la imaginación de muchos sobre las posibilidades de una guerra cibernética. Veamos en qué consiste este malware y qué conclusiones se pueden sacar de su descubrimiento.
TheFlame vuelve a tener características similares a Stuxnet y Duqu. Vayamos por partes:
Fuente: Securelinst.com |
- No se trata de un malware que se disperse a discreción. Es el controlador del troyano el que decide a dónde se dirige. Si bien Duqu fue todavía más restrictivo y se encontró en menos de 100 equipos en todo el mundo, TheFlame ha sido encontrado en muchos más, pero no llega a ser masivo. Kaspersky habla de miles.
- Parece estar diseñado para el espionaje, por sus características. En este punto, es necesario recordar que no es esta característica la que, de por sí, lo convierte en un malware sofisticado. Hoy en día, SpyEye o Zeus utilizan técnicas de robo de información extremadamente sofisticadas, que nada tienen que envidiar a TheFlame. Por ejemplo, TheFlame es capaz de capturar la pantalla solo cuando aparecen ciertas aplicaciones (como ventanas de mensajería instantánea), exactamente igual que los troyanos bancarios que almacenan en imágenes las pulsaciones del teclado virtual de un banco. También permite obtener información del sistema, registro de las teclas… todo eso está ya al alcance de cualquier creador de malware de poca monta. Sin embargo, lo que lo diferencia es básicamente es nivel de especialización y diversificación: puede comunicarse con bluetooth con otros dispositivos, o grabar conversaciones con el micrófono del sistema. Si bien estas técnicas son perfectamente posibles (incluso existe un plugin para SpyEye que permite grabar con la cámara), es poco común en el malware masivo actual. No interesan por no suponer un medio de lucro directo
- Está relacionado de nuevo, con países de Medio Oriente, como ocurriera con Duqu y Stuxnet.
- TheFlame es tremendamente modular. Si Stuxnet o Duqu pesaban menos de 500k, todos los plugins de TheFlame pesan unos 20 megas. Esto le confiere una gran ambivalencia que le permite, si bien no estar diseñado para objetivos concretos, sí poder ser «configurado» para las necesidades de cualquier objetivo. Se podría definir como un «toolkit» de ataque, puesto que no se han encontrado evidencias de víctimas específicas en su código, como ocurrió con Stuxnet.
- Usa intensivamente el cifrado y el código ofuscado, además de tener partes lógicas escritas en LUA, lenguaje utilizado para videojuegos. LUA es un lenguaje de scripting. Las partes «lógicas» están escritas en LUA, por ejemplo, las órdenes concretas. Luego las ejecuciones las hacen librerías en C. Todo esto hace que Kaspersky estime que estudiarlo por completo les llevará un año. Duqu y Stuxnet también usaban técnicas de programación «inusuales» y pesaban demasiado (alrededor de 500k, cuando un SpyEye «típico» es raro que pase de los 200k) . Con respecto al peso, hay que destacar que otro tipo de malware mucho menos sofisticado, habitualmente creado en Brasil, suele pesar varios megas también.
Fuente: Securelinst.com |
¿Conclusiones?
Este tipo de incidentes dan pie a todo tipo de elucubraciones y fantasías. ¿Estamos ante una ciberguerra? ¿Debemos prepararnos para un apocalipsis cibernético? No lo sabemos. Por ahora, solo podemos concluir las características esenciales que han compartido las tres piezas de malware calificadas como «ciberarmas» desde 2010 e intentar definir qué las categoriza como tales. Por ejemplo, TheFlame es capaz de infectar un Windows 7 completamente parcheando. De lo que se deduce un una alta probabilidad de que contenga el exploit funcional de una vulnerabilidad desconocida hasta el momento. Al igual que Stuxnet, que contenía hasta cuatro 0-days para Windows, esto le hace muy potente. Le permite gran difusión sin estorbos: pocos sistemas se le resistirán. Esta es sin duda su mayor ventaja.
Como hemos indicado, se habla de que TheFlame ha pasado desapercibido varios años. Se está especulando mucho con respecto a cuándo apareció. La idea de que fue en diciembre de 2007 es simplemente por el nombre de un archivo (wavesup3.drv), pero esto no es definitivo. En VirusTotal la primera muestra que aparece catalogada como tal es del 15 de mayo de 2011, pero, a ciencia cierta, se están detectando (precisamente de Irán y Líbano) muestras de hasta 2010. Y aquí parece estar la otra gran clave. El hecho de que puedan espiar o campar a sus anchas no convierte a estos programas en ciberarmas, sino su capacidad de pasar desapercibidos. Ha sido detectado demasiado tarde. Esta, a nuestro entender, es una de las características que define de forma más acertada las llamadas «ciberarmas«: son descubiertas mucho después de que hayan sido distribuidas. Stuxnet salió a la luz en junio de 2010, pero llevaba un año circulando. El núcleo de Duqu tenía fecha de compilación de 2010, aunque fue descubierto en septiembre de 2011. En el caso de TheFlame, se sospecha que podía haber sido creado igualmente en 2010 o incluso antes, en fechas similares a las de Stuxnet y Duqu (otro indicio por el que se cree que están relacionados). Por tanto, podíamos estar hablando de al menos dos años pasando totalmente desapercibido para las víctimas, investigadores y casas antivirus.
Ante esto, lo asombroso no es que existan este tipo de programas que permiten espiar, sino más bien, la posibilidad de que se puedan eludir durante tanto tiempo todas las medidas de seguridad conocidas. Y para conseguirlo, simplemente sea necesario huir de los lugares comunes del malware masivo.
Esto dice muy poco en favor de las medidas de seguridad que se están aplicando contra las amenazas actuales. Y podemos incluir en este saco desde el software antivirus, hasta las políticas de seguridad, pasando por los IDS o los cortafuegos, los administradores y los auditores (en el caso de que existan en los sistemas infectados
… que no han sido pocos). Todos han fallado, aun estado perfectamente capacitados para detenerlo o al menos detectarlo. Y cuando esto ocurre, es que algo se está enfocando de manera equivocada. Si bien ya tenemos problemas para mantener a raya el malware masivo, el que se sale un poco del cuadro preestablecido tiene todas las posibilidades de eludirlos con éxito y, por tanto, convertirse en «ciberarma«. En general, quizás el problema es que seguimos todavía bajo el yugo de la «lista negra/lista blanca«: bloqueamos lo que creemos que puede ser dañino o dejamos pasar lo que tenemos anotado que es benigno, y aplicamos indiscriminadamente este concepto para protegernos de todo a cualquier nivel… y este modelo, por sí solo, se está demostrando ineficaz.
Más información:
Researchers identify Stuxnet-like malware called ‘Flame’
The Flame: Questions and Answers
Sergio de los Santos
Twitter: @ssantosv
Anónimo dice
Muy interesante la noticia, en todo estoy conforme con lo que se dice en el post salvo por lo que las medidas de seguridad fallan … actualmente estas medidas están muy bien diseñadas , las personas a mi parecer en la mayoría de los casos son muy capaces , pero es que realmente siempre nos hemos visto ante el escenario de creadores de virus ajenos a los medios de gobiernos ( lo se , son especulaciones … ), por ejemplo en el caso de Stuxnet vimos como era capaz de modificar parámetros en el hardware de equipos altamente sofisticados y que un particular no tenía medios para obtener … y menos para desarrollar semejante «bicho»… por lo tanto creo que lo que estamos viendo actualmente es un gran interes de algunas corporaciones/gobiernos poderosos , con bastantes medios que gastan dinero y esfuerzos en desarrollar estos malwares.
Saludos!
Maligno dice
Gran artículo Sergio…
Renled dice
Un gran artículo, me quedo con el párrafo final,
Me quedo con el párrafo final que dice:
En general, quizás el problema es que seguimos todavía bajo el yugo de la «lista negra/lista blanca»: bloqueamos lo que creemos que puede ser dañino o dejamos pasar lo que tenemos anotado que es benigno, y aplicamos indiscriminadamente este concepto para protegernos de todo a cualquier nivel y este modelo, por sí solo, se está demostrando ineficaz.
Deberíamos aplicarnos más el cuento, un gran articulo por cierto, saludos.
Manel García
Aetsu dice
Muy buen artículo y muy ciertas las conclusiones 😉
Anónimo dice
Entonces se podria decir que los creadores de este tipo de ataques por lo menos le tienen un adelanto tecnologico de 2 A#os a cualquier empresa o casa de antivirus.
Keijo D. Putt dice
Concuerdo con llamar a este tipo de malware «ciberarma». Si nos remitimos a las armas convencionales, cuanto tiempo pasa desde que los militares las tienen en secreto hasta que las desclasifican para que tomen conocimiento público, y ni hablemos, formar parte de arsenales civiles?
Esto no es diferente en Internet: desde que la Red de Redes dejara de ser DARPANET (otrora un ambicioso proyecto militar) hemos vivido muchísimas fases y grados de desarrollo de malware, lo que, en mi opinión, y examinando la historia, es la «carrera armamentista» digital.
Por otro lado, veo como un avance para las entidades conformadas por civiles descubrir y (más importante para nuestras mismas libertades) desactivar estas ciberarmas. Que hayan pasado desapercibidas en el ciberespacio durante tanto tiempo, en vez de minar la reputación de empresas antivirus, seguridad informática, et cetera, refuerza mucho la paranoia del Gran Hermano Militar; peor aun es desconocer que régimen sea el que va a levantar la «ciberdestruccion masiva» primero…
Anónimo dice
No sé… yo veo todo esto rarísimo.
Si es cierto lo que aparece por ahí de que coloca en %system% siete ficheros del pelo de ccalc32.sys y soapr32.ocx, además de crear una clave LSA o modificar los datos de un valor de clave como esa, me parece que ya sólo le falta ponerse en el run y, porqué no, plantar un icono en el escritorio.
Me extraña muchísimo que cualquier vago con un día de esos particularmente perrones en los que se desenchufa el teléfono y se pone uno a hurgar, no lo haya visto antes.
Dudo mucho que lleve años dando vueltas por ahí. A no ser que haya una versión «de trabajo» y otra «para enseñar».
Arnol dice
Excelente información,esperamos saber mas de este malware y por supuesto de la buena investigación del equipo de unaaldia, nos imaginamos que al igual que Stuxnet y Duqu se ira descubriendo mas acerca de esto, no debe sorprendernos que los sitemas de seguridad no lo detecten ya que con tantas técnicas pueden eludir a esotos sistemas.
Saludos.
Anónimo dice
Gracias, Sergio, por este artículo.
Viejo latinajo. «Cui prodest? » ¿A quién beneficia? En cualquier situación confusa, ¿quién se beneficia?
Gracias.