La Fundación para la Privacidad (Privacy Foundation) ha hecho
público un comunicado donde describe la posibilidad que tienen los
documentos de Microsoft Office de permitir a sus autores seguir el
rastro de los usuarios que los leen y las organizaciones por las
que se transmite.
En el aviso de la Privacy Foundation se hace referencia a la
posibilidad que tiene Microsoft Word, Excel y PowerPoint de incluir,
lo que se da en llamar, «Web bugs» y que podríamos traducir como
«Chivatos Web». Estos chivatos o espías permiten al autor del
documento detectar y rastrear fugas de documentos confidenciales de
una compañía, rastrear posibles infracciones del Copyright de informes
y boletines, monitorizar la distribución de notas de prensa o vigilar
el uso de texto propio cuando se copia de un documento a otro.
Estos rastreadores son posibles gracias a la capacidad de Microsoft
Word para insertar en un documento un archivo de imagen localizado en
un servidor web remoto, mediante la opción de vincular la dirección
sin guardar el gráfico directamente en el documento. Como sólo se
almacena la URL de la imagen en el documento y no la imagen real,
Word debe recibir dicho gráfico del servidor web cada vez que se abre
el archivo.
Esta característica permite al servidor web identificar cuando y donde
se abre el documento. El servidor almacena la dirección IP y el nombre
del ordenador que realiza la acción, lo que puede incluir el nombre de
la compañía en caso de que el ordenador esté en una empresa con un
dominio en Internet representativo. Lo usual será encontrarse con la
dirección del cortafuegos en el caso de las empresas, y con una IP
dinámica del ISP de los usuarios finales.
Para pasar desapercibido el espía puede ser tan sólo una pequeña
imagen de tan sólo un pixel (de tamaño 1×1) de color blanco. Pero
según el informe de esta fundación el problema puede ir más lejos si
estos espías son capaces de leer y escribir cookies en el ordenador.
Estas cookies podrán permitir al autor del documento identificar al
lector con las visitas que haya realizado al sitio web del autor.
Este tipo de métodos ya se usan en la actualidad por compañías de
publicidad para rastrear la efectividad de sus anuncios en páginas web
y mensajes e-mail. Y según se advierte la problemática no sólo se
centra en Word, sino que puede emplearse de igual forma en documentos
Excel y PowerPoint.
Este tipo de truco puede emplearse por una organización para detectar
si alguno de sus documentos confidenciales o de uso interno llegan a
leerse fuera de la red corporativa. Al documento confidencial se le
puede incluir un «web bug» que realice una petición al servidor web de
la propia empresa. En caso de que se observe una petición al archivo
chivato desde una IP externa a la organización, se podrá saber con
toda seguridad que dicho documento se ha filtrado al exterior, con
posibilidad de conocer si el documento ha llegado a la competencia o
quién abre el texto confidencial.
Las posibilidades que ofrecen estos «web bugs» o chivatos son
infinitas, pueden permitir el rastreo de cada uno de los documentos
generados, para rastrear y seguir los movimientos de cada uno de los
textos marcados de esta forma. También se puede emplear para detectar
el incumplimiento de cláusulas de Copyright y detectar cuantas y
cuales de las cartas personales se copian y distribuyen a otros
usuarios.
Si bien es cierto que todo lo que expone la Privacy Foundation es
cierto, y puede llevarse a la práctica sin problemas, no creemos
que sea motivo de alerta ni que exista ningún tipo de interés o
intencionalidad por parte de Microsoft en llevar más allá las
posibilidades de esta funcionalidad.
Este problema de privacidad no es exclusivo del paquete Office, son
muchos los formatos que ya contemplan la posibilidad de vincular
documentos de la Red, y pueden ser aprovechados con el mismo fin.
Aun más numerosos son los programas que aprovechan Internet para
rastrear a los usuarios y recopilar información adicional, por no
mencionar la estela que dejamos mientras navegamos por las páginas
webs, o el seguimiento que llevan a cabo las cookies. Lejos de lo
que pudiera parecer, Internet no es un buen medio para el anonimato,
al menos por defecto.
Para los usuarios más precavidos, pueden obtener un listado de los
objetos enlazados a un documento Word en el menú Edición, seleccionar
Vínculos, y se abrirá una ventana donde visualizar las referencias.
La opción estará desactivada si el documento activo no posee vínculos.
Para crear un documento de prueba puede abrir un documento nuevo,
menú Insertar, Imagen, desde Archivo, activar Vincular a archivo,
desactivar Guardar con documento, y en nombre de archivo introducir
la cadena «http://www.hispasec.com/logo.gif».
Si está conectado a Internet, observará como se inserta el logo de
Hispasec en el documento. Ahorá tendrá activada la opción Vínculos
del menú Edición, y puede visualizar todos los parámetros del enlace
externo, de forma que es fácil detectar un documento que aproveche
esta funcionalidad. Además, si se abre el documento sin estar
conectado a Internet se produce un error, y en la ventana de aviso
queda al descubierto la URL del vínculo que lo provoca.
Si decide guardar el documento y distribuirlo, cada vez que alguien
lo abra, y esté conectado a Internet, en el servidor web de Hispasec
se registrarán datos como la dirección IP del lector, o la fecha y la
hora en que abrió el documento y descargó la imagen, es decir, la
información mínima que se recopila cuando navegamos por cualquier
página web de Internet. En cuanto a las cookies, podemos configurar
desde el navegador si queremos o no aceptarlas por defecto.
Aprovechando el argumento que nos ocupa, vamos a recomendar el uso
del formato .rtf (Rich Text Format) a la hora de guardar los
documentos, en lugar de los famosos .doc (Microsoft Word), y que puede
aplicarse, sin perdida de funcionalidad, en la mayoría de los
documentos que manejamos a diario. Entre las ventajas encontramos:
– Por defecto no visualiza vínculos, evita los «Web bugs».
– No almacena macros, evita los virus de macro.
– Menor tamaño en comparación con el formato .doc.
– No es un formato exclusivo de Word, puede ser manejado
por multitud de programas.
antonior@hispasec.com
Bernardo Quintero
bernardo@hispasec.com
Más información:
Aviso de la Privacy Foundation
http://www.privacyfoundation.org/advisories/advWordBugs.html
09/04/2000 – Advert.dll, la dll de la polémica (I)
http://www.hispasec.com/unaaldia.asp?id=530
10/04/2000 – Advert.dll, la dll de la polémica (II)
http://www.hispasec.com/unaaldia.asp?id=531
15/4/1999 – Agujeros en los sistemas de navegación anónima
http://www.hispasec.com/unaaldia.asp?id=170
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