Sus creadores, los hermanos Durov, confiaban tanto en las características de cifrado de su creación, que no dudaron en ofrecer una recompensa de 200.000 dólares en bitcoins para aquel que consiguiera descifrar un texto que contenía una dirección de correo electrónico cifrada con MTProto, el protocolo de cifrado propio de la arquitectura.
El supuesto «hackeo» a Telegram, no es un ataque basado en una debilidad en el protocolo de cifrado o una implementación defectuosa en el cliente que permita a un servidor controlado por el atacante explotarla. La técnica usada para acceder a los mensajes es general, de libro, se resume en un solo párrafo.
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