NAi (Network Associates, Inc.) ha anunciado que se le acaba de conceder una
licencia EE.UU. de exportación mundial para su software criptográfico
PGP. Ello contrasta notablemente el aplazamiento de la normativa oficial
norteamericana sobre exportación criptográfica, al menos hasta el
próximo 14 de Enero.
Dadas sus características de tecnología de doble uso (puede emplearse
tanto con fines beneficiosos que como «arma»), muchos países del mundo
regulan el uso y la exportación a otros países de tecnologías
criptográficas. Como ya se ha dicho en innumerables foros, ello supone
un completo sinsentido, si tenemos en cuenta que:
a) El uso de tecnologías criptográficas permite operar con seguridad en
Internet, comprar, firmar documentos, verificar su autoría y su
integridad, etc.
Estos usos son importantes y, por sí mismos, justificarían las
despenalización de este tipo de tecnologías.
b) Los fundamentos matemáticos y los propios algoritmos criptográficos
están documentados en libros, revistas y cursos universitarios.
No tiene sentido prohibir exportar un programa cuando sus fundamentos
están al alcance de cualquier estudiante universitario. Las bases del
RSA, uno de los algoritmos de cifrado asimétrico más populares,
fueron publicados en apenas un par de páginas en la prestigiosa
revista (de distribución mundial) «Investigación y Ciencia»
(«scientific american», en la versión de EE.UU.).
c) No tiene sentido prohibir la criptografía por su posible uso para
encubrir actos criminales, sencillamente porque esos criminales no
tendrán ningún pudor en hacer uso de ella ya que, aunque no existiese
software para ello, el punto anterior deja claro que cualquier
programador con algo de tiempo y un mínimo de conocimientos puede
desarrollar soluciones a su medida.
Por tanto, la criptografía sirve para precisamente lo contrario,
evitando que las transacciones comerciales y las conversaciones
privadas de usuarios honestos puedan protegerse contra intrusos.
La criptografía es una necesidad en un mundo interconectado, en el
que buena parte de la información que circula por las redes debe
ser confidencial y privada (por ejemplo, los datos de nuestra
tarjeta de crédito o nuestras llamadas desde un teléfono móvil
celular).
No se ha proporcionado información sobre qué condiciones ha debido
cumplir el PGP para que EE.UU. apruebe su exportación sin restricciones.
NAi pertenece a la «Key Recovery Alliance» lo que supone que están a
favor de incorporar tecnología «Key Escrow» en sus productos. En la
práctica ello puede suponer que las comunicaciones protegidas con
productos NAi pueden ser monitorizadas sin ningún tipo de control por
entidades «desconocidas».
NAi afirma que no ha incorporado «Key Escrow» en el PGP (aunque algunas
versiones disponen de lo que se llama la «clave corporativa», con un fin
similar), y que sólo está dentro de la «Key Recovery Alliance» porque
era un requisito para poder optar a determinados contratos
gubernamentales.
Al menos esta licencia hará innecesarias iniciativas como la PGPi, que
exportaba una versión legal del PGP mediante la impresión de su listado
en un libro, el envío del libro a Europa y el escaneado de las fuentes
originales a partir del documento en papel. Por increíble que parezca,
esto es lo que se estaba haciendo hasta ahora, ¡y eso que el listado
ocupa más de 12.000 páginas!. Y más increíble aún resulta que este
proceso sí resulte legal, comparado con el envío directo del programa.
Para aquellos usuarios que no se sientan confortables con el uso de un
software con miles de líneas de código fuente que nadie ha auditado a la
caza de bugs o «puertas traseras», queda la opción de utilizar las viejas
versiones del PGP (concretamente las versiones 2.6.3) o bien emplear el
nuevo desarrollo GnuPG, compatible con PGP.
Más información:
Network Associates
PGP Encryption Software Granted Worldwide
Export License As Part of Landmark Decision
Key Recovery Alliance
Network Associates en la KRA
Las leyes de exportación de encriptación se retrasan hasta enero
Waiting for Crypto
The International PGP Home Page
The PGPi project
The GNU Privacy Guard
jcea@hispasec.com
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